Aprovecho la oportunidad para publicar esta reseña que desde hace años tenía guardada.
Disculpen si los comentarios les parecen un poco rudos, pero como lectora me siento con el derecho a ser sincera sobre mi opinión respecto a un libro.
Aviso: hay mucho Spoiler.
La Selección
La tradición de la selección es aplicada solamente a los varones y es usada para subir la moral del pueblo, las candidatas van desde la más alta posición social hasta la más baja, y probablemente lo único que tienen en común entre ellas es que pertenecen al país de Illéa. Para las candidatas es una es una competencia y un desafío conquistar el corazón del príncipe ya que éste elegirá a su prometida dependiendo de si cumple con sus requisitos.
El pueblo de Illéa está dividido por castas, las cuales determinan tu profesión y por lo tanto tu posición social y económica. Las cuales son:
Los Unos: miembros de la monarquía.
Los Doses (Dos): son las personas más cercanas a la fama y la fortuna (aquellos que se convierten en soldados ascienden automáticamente a la casta de los Doses).
Los Treses (Tres): personas importantes y con contactos, pero de un nivel inferior a los Doses.
Los Cuatros: suelen ser maestros y escritores, también pueden trabajar en fábricas.
Los Cincos: artistas (músicos, pintores, escultores, cantantes bailarines).
Los Seises (Seis): sirvientes, tienen prohibido negarse a hacer cualquier trabajo que se les asigne y la paga suele ser muy baja.
Los Sietes: su trabajo es más duro, normalmente bajo el sol o que requieren más esfuerzo físico, prácticamente son esclavos.
Los Ochos: los marginados, mendigos, prostitutas, abandonados.
Algunas de las reglas que tienen son que: está prohibido tener relaciones sexuales antes del matrimonio, si se casan dos personas de castas diferentes la mujer pasa a tener la casta de su esposo y a ejercer las profesiones que correspondan de acuerdo a esta, las personas están obligadas a ejercer una profesión de acuerdo a su casta y tienen prohibido ejercer la de cualquier otra.
América Singer es convencida por su familia y amigos par entrar al sorteo de La Selección. Lo cierto es que ella no tiene ningún interés en el príncipe ni en obtener la corona, pero ser una de las seleccionadas significa que su familia recibirá dinero durante el tiempo que ella permanezca en el palacio, lo que para muchos de los que pertenecen a castas inferiores a los Cuatros es una gran ayuda. Sin embargo, la posibilidad de ser una de las treinta y cinco seleccionadas es mínima y si no lo logra por lo menos continuará guardando para sí la mitad de sus pagos (el acuerdo al que llegó con su madre) y habrá complacido a su novio, que se negaba a hacerla renunciar a esa gran oportunidad.
Pero para sorpresa de todos (menos para los lectores, obvio), América es una de las treinta y cinco seleccionadas y tiene que ir al palacio a ganarse el corazón del príncipe Maxon; por lo menos en teoría.
Aquí comienzo a dar mi opinión:
Lo primero que diré es que no me ha encantado. Si bien es una historia para pasar el rato, ligera y fácil de leer, cinco libros, cuatro historias cortas y –al parecer– dos epílogos me parecen una exageración.
En un principio me pareció bonita la historia de Aspen y América, probablemente porque los amores imposibles tienen su encanto y más sabiendo que está destinada a terminar en los brazos de otro hombre.
Aquí mi primera crítica: ¿por qué la autora perdió tanto tiempo en este trío amoroso si todo el mundo sabía que América iba a ser elegida por el príncipe? En mi opinión debió enfocarse en una de dos cosas (o en ambas, si no es mucho pedir):
1. En como Maxon y América se iban enamorando.
2. En lo fuerte que eran los lazos entre América y Aspen, tan fuertes que para ella fuese imposible separarse de él.
Y probablemente una tercera cosa: su elección entre ellos dos.
Estas tres cosas se ven en la novela, pero no de una manera profunda. Los momentos que tienen Maxon y América son muy cortos, superficiales y tontos; por no ir muy lejos la escena en la que se encuentran por primera vez fue decepcionante, extremadamente dramática y forzada.
Siendo treinta y cinco chicas, uno podría decir que la competencia era fuerte, pero casi desde el principio se vio que las otras treinta y cuatro no tenían oportunidad contra América, probablemente solo una fue su competencia, pero todos saben que este tipo de historias solo pueden tener un final. Muchas de estas chicas no las conocimos mas que de nombres, creo que la autora –tanto como el príncipe– estaba ansiosa de deshacerse de ellas lo más rápido posible.
Maxon tuvo tanta preferencia por la protagonista desde el inicio que la dejó quedase en el palacio incluso sabiendo que ella no estaba enamorada de él, no quería ganar la corona y la mantuvo cerca con la excusa de que quería tener una amiga, pues América era la única que se atrevía a hablarle con honestidad. Aun así de un momento a otro ella se planteó la posibilidad de enamorarse de Maxon.
Y sin tener motivos muy claros Maxon se fue deshaciendo de la mayoría de las candidatas hasta reducirlas a un número de seis, que serían las que conformarían La Élite, aunque en un principio se dijo que el número debía ser de diez.
Las cosas parece que se complican cuando vuelve a aparecer Aspen, pero eso ya es parte del siguiente libro.
La Élite
No estoy segura de cual de estas seis chicas fue la siguiente en irse, pero puedo decir que fue aquí cuando ocurrió algo que si valió la pena en esta historia; bueno, paso algo interesante: se encontró el verdadero amor; ese amor era prohibido, y las consecuencias fueron graves; por fin un motivo de peso para echar a la chica y también es por ello por lo que me encariñé con ella.
Vemos una caída en la historia. La relación de Maxon y América se fractura un poco y vemos un alejamiento entre ellos, mientras tanto América busca refugio en su antiguo amor, Apen, y Maxon encuentra consuelo en otra de las candidatas.
No fue profundo.
Ni América rompiendo las reglas por Aspen me causó algún tipo de sentimientos, pues ninguno de los dos despertó mi compasión (aquí me habría gustado sentir que había una conexión entre ellos tan fuerte que ella debía abandonado todo por él; eso no ocurrió). Ni Maxon interesándose por otra chica... ¡Pero es que el problema aquí es que uno ya tiene una idea de cual va a ser el final!
Ni América rompiendo las reglas por Aspen me causó algún tipo de sentimientos, pues ninguno de los dos despertó mi compasión (aquí me habría gustado sentir que había una conexión entre ellos tan fuerte que ella debía abandonado todo por él; eso no ocurrió). Ni Maxon interesándose por otra chica... ¡Pero es que el problema aquí es que uno ya tiene una idea de cual va a ser el final!
Así que había seis chicas, pero he quitado dos... por lo que me quedan cuatro...
Más de lo mismo, Maxon y América se buscan, se pelean, cometen errores... a este punto ¿Cuándo se va a enterar Maxon de que hay algo entre América y Aspen? (SPOILER: aún falta tiempo...) pero habría sido muy entretenido ver como se daban los hechos si eso hubiese ocurrido.
Este... ¿ya viene el siguiente libro? Casi no he hablad de los rebeldes... pero sigamos.
La Elegida
Como el nombre lo indica, es en este libro cuando por fin sabremos quién será la princesa de Illéa (jaja).
Ahora hay mucha competencia entre las cuatro candidatas, todas quieren se la elegida y todas tienen un motivo para estar ahí.
Tenemos a la chica famosa y perfecta ante las cámaras.
A la chica con contactos importantes que serían beneficiosos para el reino.
La favorita del público, que además esta enamorada del príncipe.
Y América, cuyo único punto a favor es que le gritó a Maxon la primera vez que se vieron, evidentemente: la mejor manera de robar el corazón de un chico...
Tienen que pasar por algunas pruebas para demostrar al público y al palacio que son la mejor opción. Una oportunidad más para que América demuestre de que esta hecha.
Hablaré un poco sobre algunos puntos que me parecen importantes.
Los conflictos con Nueva Asia: todavía no se cuales son, pero creo que se debe a que en un principio Illéa perteneció a ellos y las asperezas aún no se han limado. Una de las candidatas sigue en la selección precisamente por sus contactos con esta nación, pero, que recuerde, no hubo ningún gran conflicto que demostrara porque era necesario aliados asiáticos. El único momento en el que pareció que se necesitaban las cosas resultaron tan confusas que nadie sabe que pasó y no lo explicaron, así que perdió toda su importancia.
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